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SÀVIAMENT, donde la literatura y la ternura se dan la mano

Comentaba Núria, al acabar el grupo:

“¿Te has dado cuenta de cómo cambia el grupo ? –me dijo-.

¿ Qué quieres decir, a qué te refieres? –le pregunté-.

Que cuando empezamos el grupo, nadie dice nada y cuando terminamos nos damos cuenta de que hemos hablado de cosas profundas y trascendentes. -me comentaba Nuria, al terminar el grupo, apreciando este cambio-“.

Y es que andamos sedientos de espacios que nos permitan la reflexión y la generación de conocimiento personal. Sobre todo, nuestra sociedad anda sedienta de espacios protegidos y donde la confidencialidad enmarque la palabra y el diálogo. Andamos sedientos por encontrar un marco, espacio, tiempo y compañía, en el que se posibilite el intercambio de ideas y de experiencias individuales, a través de las cuales podamos ir generando y emanando conocimiento y crecimiento personal.

Lo decía Bauman, esta sociedad líquida que nos ha tocado vivir es una sociedad en la que se pasa de puntillas por las experiencias del día a día; se surfea la vida con un neopreno que te permite nadar sin mojarte; se anda por encima de las aguas sin sumergirte en ellas y así vamos, acumulando experiencias no entendidas, sensaciones no sentidas, emociones desconocidas y un tanto anestesiados, emocionalmente hablando.

Sàviament, es un espacio creado con especial esmero que permite la posibilidad a quien quiera, de hablar de aquellas experiencias de la vida que , a veces, generan dolor e incomprensión. Hablarlas en un marco de atención y respeto; comentarlas para ser escuchadas sin juzgar; para ser recreadas en un espacio protegido y compartidas con otras personas que, viviendo experiencias similares o muy distintas, se encuentran en la misma etapa de vida. Crear vínculos y lazos de unión a partir, siempre, de experiencias de vida que nos alumbran el camino como hacen los faros en la inmensidad del mar.

Pérdidas, cambios, cierres, finales, etc nos acompañan desde la infancia y a lo largo de toda la vida. A veces, se llega al final de ésta con un cúmulo de sensaciones desconocidas a las que nadie ha enseñado a ponerles nombre. A darles un espacio en el corazón, a nombrarlas, hablarlas, comprenderlas y archivarlas, de nuevo, habiendo aprendido su significado y habiéndoles dado el sentido que tenían para cada uno de nosotros, en esa etapa de la vida.

Desde un espacio comunitario ubicado en la biblioteca del barrio de Gràcia (Barcelona), un grupo de 10 o 12 personas mayores de 60 años se reúnen, semanalmente, para hablar, a partir de lo que les transmite la lectura de una novela, una poesía o un cuento para adultos, de su vida, de sus sentimientos, de sus emociones, de cómo van transitando por etapas felices, otras más tristes y algunas muy dolorosas y difíciles de elaborar.

En un marco de respeto mutuo por las historias de vida de cada uno, de comprensión por la experiencia vivida y sentida por cada persona y de generosidad por exponer cápsulas, breves pero intensas, de vivencias personales e individuales se habla de temas diversos: del duelo como proceso, de las emociones que le acompañan, de la distracción que la sociedad actual nos invita a hacer de todo este mundo más interno y profundo, de las pérdidas personales, de la experiencia que se atesora con la edad, de la calma que atraviesa las últimas décadas de la vida, etc, etc.

En un marco de aprecio y atesoramiento de la biografía de cada uno, como la mochila de vida más valiosa y significativa que tenemos, se rescatan las capacidades personales y las posibilidades de dar sentido y significado a ciertos capítulos de la vida que quedan reflejados en el espacio grupal.

Dar sentido, nombrar, significar, cuando andamos sedientos de ello es como iluminar una fuente de agua en un desierto. Y cuando esto ocurre en la edad avanzada de la vida, sobre aspectos personales que andaban ahí , en la sombra, o en el olvido, las caras de comprensión, resolución y alivio que ofrecen los participantes del grupo llenan de significado la existencia del mismo.

Poco nos han enseñado ni transmitido en cuanto a dar sentido a los sentimientos y emociones que vivimos y experimentamos a lo largo de la vida. Y mucho menos , aquellos que aparecen cuando nos acercamos al final de esta como el dialogar, tenuemente, con nuestra postrada y temida amiga, la muerte . Una educación basada en la culpa y el castigo, en la negación y el silencio, en la imagen y la apariencia poco ha ofrecido, ni en la escuela ni en el ámbito familiar, de espacios en los que se permitiera la palabra directa, la escucha atenta y la expresión del malestar emocional.

Hoy en día, se está avanzado bastante en todo ello, tanto en las escuelas, en las familias, en los grupos de amigos, en la tribu comunitaria. Pero todavía, andamos escasos de espacios grupales donde se pueda intercambiar el malestar que significa transitar por un proceso de pérdida personal, final de una etapa o de cualquiera que sea aquello que nos genera un estado de malestar emocional y personal.

Sàviament, pretende ofrecer espacios flexibles, dinámicos, interactivos donde de la mano de la generosidad de sus participantes y de la riqueza de sus experiencias de vida y a partir de lo que nos puede evocar la lectura de una poesía, una novela o un cuento para adultos, se honra poderosamente a la naturaleza más intrínseca del ser humano.

Y desde aquí, desde la naturaleza más humana, se establecen lazos y vínculos de un poder incalculable. Y solo desde aquí, desde el poder y la fuerza del vínculo hay posibilidad de cambio y de transformación social.

Después de un año de funcionamiento y con un éxito de audiencia, no esperado por la propia sencillez de la propuesta, podemos observar que el grupo viene a dar respuesta a una necesidad que la comunidad no satisface. Hablar de aquello que duele puede molestar y generar incomodidad. Escuchar a quien padece puede generar malestar y despertar sufrimiento.

Pero no hay nada más humano y generador de felicidad que sentirse escuchado por todo un grupo de personas que, día a día, van creando y experimentando sobre el devenir de la vida y de las emociones y sentimientos que la atraviesan.

Gracias a las mujeres y hombres que han hecho de este espacio un lugar de vida ¡!

Sàviament, es un espacio de alto impacto comunitario , creado a partir del interés por la potencia del trabajo comunitario, entre la Biblioteca Jaume Fuster (Barcelona) y el programa Final de Vida y Soledad de Mutuam.

Barcelona, 26 febrero 2023

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