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“SÍ, QUIERO”

Cuando se casa la pequeña de la casa a la que habías acompañado a la guardería y de repente, pasas revista a los 28 años de tu propia vida.

“Tempos fúgido”, el tiempo vuela, pasa volando, no hay quien lo pare y nosotros y nuestra vida fluye con él o en él.

Veintiocho años !!! casi tres décadas.

Ella dirá “sí” el próximo mes de junio y yo me preguntaba cuántas veces he dicho “sí” en estos últimos 28 años.

Miles de fotogramas rápidos y pequeñitos pasaron ayer, por nuestra cabeza, en nuestra cena de despedida. Una grata excusa para estar juntos y recordar el amor que hay entre nosotros. Un sinfín de fotogramas, escenas bonitas de cuando nació, cuando cogía rabietas, cuando se negaba a comer, cuando empezó el cole o cuando se enamoró, en silencio, del que será pronto, su marido.

Cuántas veces decimos sí y hubiéramos querido decir “no”; cuántas veces decimos un si políticamente correcto y discretamente sincero, cuando hubiéramos dicho un “no”.

Educados en familias que nacieron y crecieron en tiempos de guerra, postguerra y franquismo se nos educó en el si, en la obediencia y en la sumisión. Tiempos dolientes para aquellos que estaban en rebelión por su carácter o por sus obras, hechos y acción. La tortura y el castigo acechaban tras la puerta.

La culpa y la pesadumbre de nuestros pensamientos o acciones también fueron duramente castigados por una educación escolar que se desarrollaba a los albores de la religión heleno judeocristiana que sobrevolaba el país.

Sutilmente bien dispuestos nos llegaban mensajes de prohibición por todos lados y de culpa y pesadumbre si pretendías violarlos. Así, sometidos al miedo puedes controlar bien a la población.

Pero también en las familias, nuestras micro unidades de vida y teóricamente favorecedoras de felicidad, puedes someter y controlar. Posiblemente en estos 28 años, las familias y los tipos de familia, es uno de los ámbitos en los que se han producido cambios más radicales.

Posiblemente, en estos casi treinta años ciertos pensamientos obsoletos y rudimentarios que se estructuraban en el marco familiar han evolucionado hacia posicionamientos más abiertos, flexibles y comprensivoss que han facilitado la expresión más libre del ser humano.

Posiblemente, la libertad de expresión del género, el deseo y la sexualidad es uno de los cambios que personalmente y laboralmente he podido comprobar que se ha producido en estos últimos treinta años.

Más libres para poder decidir con quien compartir tu vida. Durante cuánto tiempo y en qué formato o modalidad de relación. Matrimonios, parejas, amigos con intimidad compartida, redes que ofrecen relaciones fáciles y puntuales, parejas del mismo sexo, padres solteros, madres solas, separados con nuevas parejas que traen a la relación los hijos de los matrimonios anteriores, jóvenes desorientados en relaciones de amor diversas y diferentes a lo tradicionalmente aceptado, etc.

Algunos se sienten cómodos con tanta y variada oferta, otros se pierden con tanta y variada oferta.

Dónde esta el amor, el vínculo, la seguridad si fluimos con tanta ligereza de una relación a otra…se preguntan algunos…; dónde están los límites si convivo con hijos que no son míos y los míos tienen a otro señor, que los fines de semana, les hace de padre….; dónde queda el cariño que todavía siento por mi ex-pareja; dónde quedan los padres que tienen que acostumbrarse a conocer a 4 o 5 parejas diferentes a lo largo de la vida sentimental de sus hijos o hijas, etc, etc.

La vida, en esencia, es impermanencia y cambio. Aunque los vínculos y las relaciones humanas necesitan, en esencia, tiempo y calidad, necesitan estructura, estabilidad y permanencia.

Quizás, justamente este cambio y consciencia de lo impermanente es lo que nos da seguridad a cada uno de nosotros.

La experiencia que la vida te ofrece es de que todo cambia y nada es seguro. Pero para saborear esta tranquilidad en la inestabilidad hay que saborear la experiencia y los años de vida.

No se obtiene con 16, ni con 23, ni con 36 años….hay que haber pasado la mitad de siglo…por lo menos…para que la inestabilidad que te ofrece la vida se convierta en una estable impermanencia, segura de por vida.

Barcelona, 12 Mayo 2024

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