Ken Haruf, escritor nacido en Colorado y que terminó su última novela, Nosotros en la noche, publicada a título póstumo un año después de su muerte. en el año 2014.
Novela que fue adaptada al cine e interpretada por Robert Redford y Jane Fonda, en la última etapa de sus interpretaciones cinematográficas.
Un tesoro de novela, a mi entender, innovadora y atrevida en sus propuestas relacionales. Una mujer viuda, de edad avanzada siente que las noches son el momento del día que le resulta más difícil transitar por la soledad no deseada con la que tiene que convivir y con la que se enfrenta cada noche.
Sabedora y conocedora de que su vecino, un hombre viudo de avanzada edad, puede ser que sienta lo mismo o algo similar cada noche, se atreve a proponerle dormir acompañados.
Me parece tremendamente atrevido que una mujer, mayor, en un pueblo pequeño donde todos y todo se sabe y se conoce, rompa las normas sociales y proponga a su vecino una relación innovadora y rabiosamente desafiante de los reglamentos culturales, las creencias familiares y las conductas tradicionales.
La novela propone romper normas y diseñar relaciones a medida que satisfagan a ambos y resuelvan el problema de la soledad generada por la viudedad de los dos vecinos.
Necesitados de cariño y reconocimiento durante la vejez, época en la que se encadenan un sinfín de pérdidas cognitivas, físicas y sobre todo relacionales y de amistad, la propuesta amorosa desde el amplio significado de esta palabra se plantea como una traición a presuposiciones familiares que andan ancladas en conceptualizaciones conservadores y carentes de sentido.
Ella, Jane Fonda, conectada con sus necesidades emocionales y relacionales, su soledad, sus miedos nocturnos y viendo posibilidades de compartir sus noches con su vecino, también viudo y solo, cuenta con el atrevimiento necesario para proponerle pasar las noches juntos y acompañados.
“No se trata de sexo” dice ella, “se trata de compañía”. Y es que el valor de la amistad, la compañía, el cariño, la conversación, a estas edades de la vida tiene un valor muy importante y realmente significativo en esta última, y cada vez más larga, etapa de la vida.
Él, Robert Redford, se identifica con las mimas emociones y sentimientos que ella y a pesar de que inicialmente se siente cuestionado en sus capacidades y vitalidad sexual , en seguida empatiza con los mismos sentimientos y necesidades de cariño y compañía que le propone Fonda.
Una novela bellísima que guardo como un tesoro literario porque me parece muy interesante que hombres y mujeres, en una etapa de la vida donde más se necesita la compañía, la comunicación, el cariño y la ternura sean capaces de abrirse sinceramente y sincerarse y verbalizar sus necesidades y sus miedos más íntimos y personales.
Una obra que muestra la respuesta de la familia a semejante proposición amorosa; la respuesta de la gente de un pueblo pequeño donde todo el mundo parece tener derecho a opinar, juzgar y sentenciar.
Y la respuesta de su amiga íntima que, siente desplazada su relación de amistad ante la aparición y presencia de este hombre al que necesita etiquetar con alguna palabra que, conceptualice el tipo de relación que ambos se han atrevido a iniciar y mantener.
Interesante crítica social a una comunidad pequeña y encerrada en sus costumbres y tradiciones.
Una obra que considero de cabecera para todos aquellos y aquellas que ya hayan pasado la barrera de los setenta. Porque pasada esta barrera podemos sentirnos solos y solas en cualquier momento, podemos vivir solos y solas con la necesidad de compartir las noches, dormir acompañados y despertarnos con alguien a nuestro lado. Alguien con quien compartir ternura y cariño.
Nosotros en la noche me parece una obra bella, elegante y que invita a ser innovadores en las relaciones humanas y sobre todo, en las relaciones entre hombres y mujeres mayores. La vejez , etapa vital en la que hay numerosos tipos de pérdidas f´sicas y emocionales, es una etapa vital en la que hombres y mujeres, casadas, viudos, solteros o separadas tienen necesidad clara y espontanea de establecer relaciones de cariño y ternura.
Nuestra sociedad que, demasiadas veces define esta etapa vital desde la productividad y el valor económico, aparta, encierra y niega un capital humano demasiado importante y numeroso como para querer obviarlo.
Un capital humano que cuando le necesitamos arrima el hombro al cuidado de niños y ancianos pero cuando le denostamos, le ubicamos en el extrarradio de las poblaciones costosas y caras social y sanitariamente hablando.
Quizás, si tuviéramos una mirada más humana, cálida y amable hacia el grupo de población que nos dio la vida y que nos ha ayudado en la crianza de nuestros hijos legitimaríamos propuestas amorosas, autónomas, independientes y generadoras de cariño, deseo y amor como la que propone la novela de Ken Haruf.
Os animo a leerla y a visibilizar las necesidades de apego, apoyo y amor de nuestra gente mayor.
Feliz domingo lluvioso !!!
Barcelona, 13 marzo 2022
