Bellos gestos de generosidad llenos de humanidad y complicidad.
Andaba yo iniciando las primeras compras de regalos navideños cuando en una pequeña perfumería de barrio regentada por una mujer tierna y amable, dejó de atenderme para acercarse a la puerta y hablar con una persona que se había acercado a hacerle una pregunta
La tendera, término que me encanta utilizar porqué remite al hecho servicial de “ser atendidos”, volvió a entrar, se fue a la trastienda y salió con un bote que regaló a la persona que estaba en la calle.
En aquel instante me fijé en el carro, el montón de bolsas anudadas unas con las otras para no ser olvidadas, los palos, escobas, fregonas, que ataba alrededor del carro y que llegaban a simular una pequeña cabaña. Su cabaña andante que, cual caracol, llevaba a sus espaldas. Una mujer de la calle, que vive en la calle y que transita por las calles de una gran ciudad.
Con el peligro que supone para una mujer estar en la calle, vivir en la calle y hacer la calle. Doble estigma, doble abuso, doble marginación. Doble, triple o infinitas….una mujer sin hogar, sin familia, sin red de apoyo, sola, con sus cosas y en la calle. Tentación para muchos abusos de todo tipo y orden (social, legal, sexual y relacional).
Una mujer de la calle, sin hogar, andrajosamente vestida, ligeramente despeinada, sucia o con el estilo de limpieza acorde con el dormir en el suelo, una mujer que le pide a la tendera un perfume !! ojalá fuera para ponerse bonita, para una cita con su amor, en un cajero automático.
Un bocadillo por cena y unas mantas y diarios por suite, reservada al cariño. Ojalá !
A pesar de todo, no todo en este mundo de la calle, está tan deteriorado. Todavía queda compasión, complicidad y agradecimiento. Bellos gestos que unen a mujeres que, de diferentes historias vitales, se unen en el gesto de regalar un perfume a una mujer sucia y andrajosa que decide pararse en su tienda para pedirle algo de “buena olor, que decore su relación personal, un poco más allá de su relación biográfica con el mundo”.
Bellos gestos, el de dos mujeres que sufren, viven, se escuchan, se ayudan, se regalan perfumes a pesar del distanciamiento entre clases sociales, saberes intelectuales o diferencias económicas que hay entre ellas.
Bellos gestos de generosidad y solidaridad, con la pobreza y la miseria que tan explícitamente y visible se muestra en nuestro mundo actual; bellos gestos de ternura y sencillez entre mujeres, entre quienes entienden que quizás, cierta coqueteria atempera las penas y la gravedad de la miseria; bellos gestos que apuestan por construir sociedades un poco más amables, comunidades un poco más cariñosas con sus vecinos y barrios un poco más acogedores con todo el mundo.
También con las mujeres que, a pesar de dormir en el suelo, al raso, se acercan hasta la tendera que conocen y que saben que les va a regalar un perfume !!!
Barcelona, 26 noviembre 2021.
