Articulos

VALORES CON VALOR

Esfuerzo, constancia y fuerza de voluntad tres valores humanos que, a mi modo de ver, forjan el carácter y esculpen la personalidad.

Valores que amanecen pronto, son de primera hora de la mañana, cuando todo y todos andan despertándose y abandonando el letargo nocturno. Valores interesantes a descubrir y potenciar porqué constituyen esos lazos de comunicación con uno mismo que nos permiten conocer y alimentar nuestros dones y virtudes.

El esfuerzo, más allá de poder verle pinceladas de sacrificio y dolor me parece uno de los valores humanos más agradecidos de nuestro mapa emocional. El esfuerzo nos permite probarnos y comprobar nuestro compromiso personal , interno, íntimo y discreto con nuestros propósitos y objetivos de vida.

Nos permite también conocer nuestros límites y por ende, la necesidad de descanso en nuestra lucha, sea esta material, física o emocional. Los límites, tan denostados y mal vistos, en nuestra sociedad son de una importancia infinita para mantener la buena salud relacional con uno mismo y con los demás.

La constancia, es aquella amiga amable que nos acompaña a lo largo de muchos procesos de superación y conquistas personales. A veces, esta amiga puede convertirse en una compañera pesada, tediosa, impertinente y molesta pero es una buena amiga; nos recuerda que ser constantes, coherentes y sinceros con nosotros mismos nos puede llegar a permitir descubrirnos y amar nuestras capacidades personales y nuestros logros más personales.

Y la fuerza de voluntad, un valor para mi, muy interesante de observar con curiosidad y detenimiento.

 

A veces, ponemos el acento en la fuerza y a veces ponemos el acento en la voluntad. Y cuando por razones de motivación, extrema ilusión o extrema necesidad ponemos nuestra atención en ambos, en la fuerza y en la voluntad, gozamos de un elevado índice de conseguir aquello que nos vamos proponiendo a lo largo de la vida.

Con mucha fuerza de voluntad, sí. Y con el alago interior, íntimo y silencioso de haberlo conseguido.

A pesar de todo, estos tres valores del ser humano, poco inciden o poco intervienen cuando estamos ante el escenario de lo emocional, del malestar psíquico o el sufrimiento humano. Ahí, en esa tesitura tan conocida por todos nosotros y bien seguro, por los lectores que me siguen, estas tres características más vale que no entren en juego ni nos distorsionen el proceso.

En los procesos de pérdidas emocionales, sean estas poco significativas o estructurales en nuestras vidas, el esfuerzo, la constancia y la fuerza de voluntad deben perder valor y presencia y tienen que dejar paso a otros aspectos del ser humano más amables, generosos y solidarios con el dolor y el sufrimiento emocional.

En estas situaciones, bien conocidas por todos aquellos que trabajamos por la salud mental y bien conocidas por cualquier persona que promueva y viva un estilo de vida que facilite la salud mental, para todos ellos y para todos nosotros, ante la tesitura del dolor emocional es mejor dejar paso a otro tipo de valores y características personales.

La generosidad, la templanza, la serenidad y la esperanza son para mí cuatro pilares del ser humano que nos ayudan a guardar un equilibrio entre el dolor emocional que sentimos y la calma emocional que anhelamos. Todos ellos confluyen en la carecterística de ser amables con el malestar y ser permisivos con la capacidad de resiliencia del ser humano.

Permitirnos y darnos permiso a sentir el sufrimiento es ser generosos  y sinceros con nosotros mismos y con la propia vida; donde hay vida, hay dolor.

Conseguir la ecuanimidad y el equilibrio interno entre la calma y el desasosiego nos permite atemperar con templanza y cariño nuestros corazones dolientes. Y cuando estos adolecen de sufrimiento e incomprensión la serenidad del que sabe esperar, del que acompaña a que otros esperen, del que está sin molestar, del que aplaude los logros del otro, el esfuerzo del otro y le reconoce sus capacidades y posibilidades, la serenidad me parece uno de los valores humanos más valiosos y potentes del ser humano.

Y a veces, por su discreción y nobleza, es uno de los que pasan más desapercibidos y desatendidos.

¿Se han dado cuenta de lo agradable que es compartir momentos con una persona serena, que transmite conocimiento por lo que está sucediendo y genera calma y esperanza con su palabra y su mirada ? Cuan placentero es sentir que el otro o la otra, pueden sostener tu dolor y a cambio, te devuelven calma, alivio y esperanza.

Qué dosis de sosiego sienten , en ese momento, los corazones de ambas personas que, sincronizándose para entenderse se atienden desde la escucha atenta y la calma reparadora.

Atendámonos pués, con esfuerzo, generosidad y templanza !! y descubrámos, en nosotros, todos estos valores de alto valor y potencial humano.

Feliz dia !!!

Barcelona 1 julio 2023

 

Comments are closed.

More in Articulos